miércoles, 14 de octubre de 2009

Elija: ineptos conocidos o corruptos por descubrir

José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, en octubre de 2008, antes del segundo encuentro que tuvieron en esta legislatura.


Estos días que se entrelazan en los titulares de la prensa, radio, televisión y medios digitales informaciones sobre la mala gestión económica del Gobierno y noticias sobre la corrupción que circunda al PP, está en el debate social cuál de las dos circunstancias pueden afectar más ante los ciudadanos en una consulta electoral.

Hay quien piensa que la crisis es lo peor con vistas a una consulta electoral. Al final, el escaso éxito de los socialistas para salir de la recesión nos está tocando los... bolsillos y eso no lo perdona el españolito medio. En el otro lado están los que piensan los ciudadanos nunca darán su confianza a un partido que no sabe controlar prácticas presuntamente corruptas e ilegales entre sus miembros.

En España ya vivimos una situación más o menos paralela a mediados de la década pasada. En 1993, una crisis económica atravesaba la economía occidental, mientras la sociedad española todavía estaba adormilada por la resaca de los fastos del 92, Expo de Sevilla y Juegos Olímpicos de Barcelona. El Gobierno tuvo que devaluar la peseta en mayo de 1993 y se presentó a las elecciones -que se celebraron un mes después- con 3,3 millones de parados. Pero lo que obligó al presidente González a adelantar las elecciones fueron los innumerables casos de corrupción -Mariano Rubio (1992), Filesa (1989), Guerra (1989), GAL (desde los ochenta),...-. A pesar de ello, el PSOE vuelve a ganar las elecciones, aunque perdió la mayoría absoluta en el Congreso que tuvo de hecho en la legislatura anterior.

Pero la crisis se agudiza, el paro alcanza los cuatro millones de personas y el presidente del Gobierno volvió a acortar la legislatura y el 3 de marzo de 1996 convocó otra vez elecciones. Mientras, los procesos judiciales de los casos de corrupción anteriores siguen su curso. Esta vez sí se da la vuelta a la tortilla: el PP es el vencedor, y consigue un número de escaños similar al del PSOE tres años antes, mientras que los socialistas pierden y obtienen los mismos diputados que el PP en la legislatura anterior.

Muchos analistas políticos piensan que fue la pésima gestión de la aquella crisis, también mundial aunque mucho menos profunda que la actual, la que desbancó a los socialistas del poder y no la corrupción.
Ahora, tenemos un Gobierno que no ha sabido hacer frente a la recesión económica, cuestión reconocida por economistas, organismos internacionales y hasta por insignes socialistas, y una oposición cada día más manchada por escándalos de corrupción en una parte de sus dirigentes y, además, con críticas constantes desde dentro y desde fuera sobre la gestión desde la cúpula del partido de ese particular calvario.

Sé que no son comparables los casos de corrupción del PSOE de los noventa -por número y por 'volumen' de cada uno de ellos- con el Gürtel y sus ramificaciones del PP de hoy pero, simplificando la cuestión, si hoy hubiera elecciones generales, ¿votaría usted por mantener un Gobierno que está llevando a la ruina al país con su gestión de la crisis económica o daria una oportunidad a un partido acusado y acosado por la corrupción?
Para concretar más. ¿Qué le incita más a cambiar el sentido de su voto, la subida de impuestos motivada por la ineptitud del Ejecutivo para hacer frente a la recesión o saber que un partido acusado de corrupción puede llegar a gobernar?

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