viernes, 13 de julio de 2012

Andrea Fabra y la casta política

Andrea Fabra ha sido más nombrada en apenas quince hora que en sus casi cinco años como diputada en el Congreso. Ese 'que se jodan' que espetó -ella dice que fue así- a los diputados socialistas que abucheaban a Rajoy la ha colocado en el primer puesto de la notoriedad, en especial en las redes sociales.

Por supuesto, no tendría un pase que Fabra se hubiera dirigido de esa forma a los españoles que sufrirán el mayor recorte social de la historia de la democracia. Si así fuera -el vídeo admite las dos versiones, aunque creemos a la diputada- esa señora no debería volver a pisar el Congreso, porque sería una indigna representante de la voluntad popular.

Pero no es una atenuante que el 'que se jodan' fuera destinado a los diputados socialistas. Desde luego, y por citar la profesión que más conozco, los periodistas no solemos insultarnos cuando coincidimos en una rueda de prensa profesionales de distintos medios, por muy ideológicamente encontradas que estén sus empresas. A veces, la imagen de los señores diputados increpándose en el hemiciclo recuerda a la de los espectadores de una pelea de gallos, que defienden con insultos al contrario las bondades de su ejemplar. No es propio de nuestros representantes y tiene que ser hora de cortarlo.

Como habría que acabar con la profusión de camisetas y pancartas de los últimos tiempos en el Congreso. ¿No es el Congreso la expresión de la soberanía popular? ¿No tienen sus señorías libertad absoluta para decir lo que quieran? ¿Para qué entonces esos símbolos superfluos que se utilizan en la calle precisamente cuando no hay otra forma de expresarse?

A Fabra le han pillado en una actitud que desdice de su condición de diputada. Cierto que pueden ser hechos cotidianos en el hemiciclo. Sobre todo, como el miércoles, en debates trascendentales. Y eso es lo que hay que cortar de raíz, porque a los ciudadanos les produce una sensación de que la misión de sus señorías -algunas, al menos- es principalmente la de hacer de 'palmeros'. Y después llegan las dudas sobre si sobran diputados, senadores, etcétera. Y no es verdad, ¿o sí?

@vicentelozano