sábado, 22 de octubre de 2022

Un Nobel que avala las ayudas públicas a la banca en las crisis


El Premio Nobel de Economía 2022 ha recaído en tres expertos en el estudio del papel de la banca en las crisis financieras, los estadounidenses Ben S. Bernanke (ahora miembro de la Brookings Institution), Douglas W. Diamond (Universidad de Chicago) y Philip H. Dybvig (Universidad de Washington). 

Y a uno de ellos, Bernanke, le tocó pilotar en 2008 la mayor crisis financiera desde la de 1929, precisamente la que él ha estudiado y por la que le han concedido el galardón. Bernanke estaba al frente de la Reserva Federal de Estados Unidos en la depresión que generó la crisis de las hipotecas 'subprime' que puso en jaque el sistema financiero mundial....

La tesis de los investigadores es que los bancos juegan un papel trascendental en las crisis y pueden agudizarla o contribuir a resolverla en función de cómo se gestione su labor desde las instituciones públicas. En palabras de la Academia sueca, por ejemplo, Bernanke “mostró cómo los episodios de pánico bancario fueron un factor decisivo para que la crisis [de 1929] se hiciera tan profunda y prolongada”.

El punto de partida de los tres investigadores es que los bancos –las instituciones financieras– no son intermediarios neutrales entre los prestatarios –particulares y empresas– y los prestamistas –los que tienen el dinero para invertir–, porque ofrecen una información vital para el correcto funcionamiento de la economía. En particular, recopilan información sobre los prestatarios y deciden a quién conceder créditos, y a la vez canalizan el ahorro de la sociedad. Cómo ha escrito The Economist, “de esta percepción surge una conclusión importante: debido a que los bancos son cruciales para la economía, también son peligrosos”.  Artículo completo en Aceprensa


jueves, 6 de octubre de 2022

La cuestión es qué hacen los gobiernos con los impuestos

Los políticos pugnan por quedar bien con sus votantes cuando legislan para pedirles dinero, pero nunca les explican con claridad cómo han gastado esos recursos. 

La sociedad del Estado del bienestar se basa en la redistribución de la riqueza. Hoy nadie duda de que unos servicios básicos adecuados son imprescindibles para el desarrollo de la persona y esos servicios deben ser sufragados entre todos. Ni de que los que más tienen, más deben contribuir. Pero esa unanimidad se termina cuando se habla del dinero que cada ciudadano, en función de sus ingresos y de su riqueza, debe destinar a lo público... (Artículo completo en Aceprensa)

El atribulado mercado energético europeo

La Comisión Europea lucha por bajar el precio de la energía a los europeos ante un invierno complicado, interviniendo más un mercado de la energía ya suficientemente intervenido.

Enemigos del libre mercado han visto en la necesidad de una “intervención extraordinaria” auspiciada por la Comisión en el mercado energético europeo un triunfo de la socialdemocracia frente a un liberalismo que deja la economía al albur de protagonistas privados –productores y consumidores de un bien– que se autorregulan de forma que ambos saquen un beneficio en las transacciones. Ambos se ponen de acuerdo en el precio de un bien o servicio, precio que es aceptado por el productor porque le deja un margen de beneficio, y por el consumidor porque ve adecuado ese pago por el bien que recibe... (artículo completo en Aceprensa)