viernes, 25 de abril de 2014

Estamos perdiendo una oportunidad

La recuperación está en marcha. Hasta las encuestas lo dicen. Pero dejar atrás la crisis no supone que hayamos abandonado los males que nos metieron de bruces en ella, porque..

Porque los políticos, digan lo que digan, no se remangan de verdad para eliminar la corrupción en las administraciones. Porque no veremos el día en que un partido lleve motu proprio ante los tribunales a un dirigente ladrón sin esperar a que otros lo denuncien desde fuera y sin escudarse entonces en «causas generales» que sólo buscan desprestigiar las instituciones.

Porque la Justicia continúa politizada y los partidos se seguirán repartiendo en el Parlamento los puestos clave de la Judicatura. Porque hay más aforados hoy que nunca en España. Porque esos aforados continúan teniendo la ventaja de ser juzgados directamente por magistrados elegidos por políticos y, por tanto, maleables. Porque el Gobierno regula una ley de transparencia que en el artículo de las excepciones se carga toda la supuesta buena voluntad del resto del texto.

Porque partidos políticos, sindicatos y organizaciones empresariales continuarán financiándose con dinero público. Porque se prohíbe que las empresas den dinero a los partidos, pero se permite que lo hagan a sus fundaciones. Porque no se ha legislado sobre la apertura real de los procesos electorales - primarias, listas abiertas...- a la sociedad. Porque las cúpulas mantienen el control de los partidos y no han perdido un ápice de su poder.

Porque apenas se ha reducido el número de empresas públicas durante los años de crisis, sobre todo en la Administración central. Porque en esas compañías se siguen cobrando sueldos mucho más altos que los que reciben funcionarios de nivel similar. Porque se mantienen prácticamente todos los tribunales de cuentas, defensores del pueblo... con el mismo poco trabajo de siempre. Porque al único Tribunal de Cuentas que debe existir no se le ha dotado de más recursos, competencias e independencia para que sea un fiscalizador efectivo de las administraciones públicas.

Porque nadie va a poder obligar a políticos procesados -algunos a punto de sentarse en el banquillo- a que abandonen sus escaños o cargos públicos. Y porque hay dirigentes que siguen defendiendo que se mantengan en sus puestos. Porque no se ha terminado con un sistema de financiación de la formación a los trabajadores y los parados nasío para defraudar.

Porque salimos de la crisis y el Estado tiene más peso en la economía que antes. Porque este Gobierno liberal está creando un nuevo INI con los desguaces del despilfarro anterior. Porque llevamos años esperando la ventanilla única para las relaciones con la Administración que nunca se hace realidad. Porque las petroleras continúan controlando mediante su cartel no reconocido el precio de las gasolinas. Porque el déficit eléctrico ha alcanzado 30.000 millones de euros y sigue creciendo. Porque cada vez que un Gobierno culmina una reforma eléctrica el resultado es que los consumidores pagamos más en el recibo de la luz.

Porque los políticos continúan haciendo ideología con la enseñanza y no consiguen construir juntos un sistema que saque a España de su postración educativa. Porque en la Universidad perdura ese modelo endogámico que impide la competencia y el acceso de los mejores a la docencia y a la investigación. Porque en unos años España va a ser el país con más octogenarios de Europa y no se acomete frontalmente el problema del envejecimiento de la población, tampoco para mantener un sistema público de pensiones viable.

Y, también, porque todos nosotros tenemos que hacer examen de conciencia sobre el cumplimiento de nuestras obligaciones, IVA incluido. Bueno, mejor sin IVA, ¿no?

@vicentelozano

Publicado en El Mundo el 21 de abril de 2014.

jueves, 3 de abril de 2014

Del Big Data al Big Brother

España tiene la segunda tarifa de conexión a internet más cara de la UE, según Bruselas. La oferta básica de banda ancha -que tampoco permite grandes alegrías en la transmisión de datos- está en una media de 38,7 euros al mes, sólo superada por Chipre con 46,2 euros, pero muy por encima de Lituania, 10,3. En Francia y en Italia se sitúan en torno a los 25 euros mes. ¿Se imagina que en algún momento los españoles podamos recibir internet totalmente gratis, sin pagar un solo euro por la conexión? ¿Y que esto se hiciera realidad en todo el mundo?

Es una nueva revolución de internet, que todavía no ha llegado, pero que ya hay quien la está preparando. En estos momentos existen tres proyectos que tienen el mismo objetivo: ofrecer internet gratis en todo el mundo. Y gratis significa que no habrá que pagar cuota de abono a ninguna operadora ni tarifas de ningún tipo. Bastará con un móvil y, desde la pequeña aldea de Douala (Camerún), hasta el pueblecito de los Andes peruanos Huacabamba, se podrá recibir sin más coste adicional todo el flujo de información que transmite internet.

Lo será en un plazo más corto de lo que pensamos porque ya hay tres proyectos que lo están preparando. Uno, Project Loon, impulsado por Google; el segundo, Internet.org, liderado por Facebook, y el tercero, Outernet, pilotado por el Media Development Investment Fund, un fondo que lucha por la libertad de expresión en todo el mundo. Cuando se materialicen alguna de estas iniciativas, el panorama de la industria de las telecomunicaciones habrá cambiado radicalmente. Y el de miles de millones de personas también. ¿De qué forma?

-Individuos. Las posibilidades de promoción social que permitiría el acceso gratuito a internet son ilimitadas. Millones de personas podrían tener acceso a la educación on line. Sería muy barato conectar un hospital de Houston con un ambulatorio de Lagos. Se sortearían de forma definitiva las limitaciones a la libertad de expresión y de información. Sería muchísimo más fácil, por ejemplo, organizar las tareas de atención, salvamento y reconstrucción ante catástrofes naturales o guerras. Y, por supuesto, la población de esos países gozará de una libertad de información como nunca hasta ahora. A cambio, querámoslo o no, los ciudadanos tendrán que asumir que estos avances dejarán en manos de las empresas que impulsan los proyectos muchos datos personales.

-Empresas. El nuevo modelo de comunicación va a revolucionar el sector de las telecomunicaciones. El negocio que tienen las operadoras por la transmisión de datos -su core businesshasta ahora- puede caer a mínimos. No obtendrán ingresos ni por las llamadas ni por los mensajes -con actores como WhatsApp en el mercado, por ejemplo- y tampoco por la conexión básica a internet en muchas partes del mundo que, por su atraso, eran mercados en expansión. Estas compañías tendrán que girar su negocio hacia la gestión de los contenidos; es decir, conseguir y mantener clientes por lo que ofertan en el tubo por el que fluye la información, no por la venta de ese tubo. En general, la difusión de la conexión a internet va a perjudicar a los intermediarios. Dos ejemplos valen: ¿por qué no puede ofertar directamente sus encantos turísticos un pequeño pueblo de la selva amazónica, sin necesidad de recurrir a agencias y touroperadores? ¿Y si en una comarca colombiana se cultiva café y los productores se ponen de acuerdo directamente con tiendas gourmetfrancesas para su comercialización?

-Estados. Como es lógico, las dictaduras y los gobiernos autoritarios tienen mucho que perder con este internet gratuito y libre. No tendrán el control efectivo de las comunicaciones porque cualquier persona se puede convertir, sin apenas coste, en un emisor de informaciones. Ya no podrán censurar Twitter, como ha ocurrido estos días en Turquía, ni impedir portales o buscadores como Google en un determinado territorio. Sin duda, el nuevo modelo de comunicaciones mundial podrá hacer un mundo más democrático y más libre....

-...y el Big Brother. ¿Sólo para construir un mundo mejor van a invertir estos gigantes de internet miles de millones de dólares en desarrollar sus redes mundiales? Evidentemente, no. Este loable fin va íntimamente unido a otro de carácter comercial. Google, Facebook y el resto de implicados buscan hacer negocio con estas iniciativas. Y ese negocio se basará en los billones de datos que pasarán periódicamente por esas redes que son sólo suyas, con los que tendrán información exclusiva sobre comportamientos, modas, tendencias, gustos, de los miles de millones de personas que podrán conectarse a internet. Es el negocio del Big Data -los metadatos- que llevará a cabo el Big Brother. Mucho más amable que el de George Orwell, pero Big Brother al fin y al cabo.


Proyecto Loon: Globos de Google en la estratosfera

En junio de 2013 un equipo de investigación de Google lanzó en la isla Sur (Canterbury, Nueva Zelanda) globos aerostáticos a unos 20.000 metros de altitud con los que conectaron a internet a un pequeño grupo de voluntarios residentes en la zona. La prueba resultó exitosa y en 2014 el Proyecto Loon ha continuado desarrollándose en otras zonas de la tierra. La idea de Google es establecer una red de globos alrededor del paralelo 40 -que recorre el centro de América Latina, la mitad meridional de África y Oceanía, e ir abriendo el servicio a nuevos habitantes.

El plan es colocar cientos de globos a esos 20 kilómetros, en la estratosfera para aprovechar los vientos. Mediante algoritmos se sitúan en el lugar preciso y se van moviendo según la velocidad y la dirección de los vientos, con lo que se consigue un gran ahorro de energía. Así, se dirigen y se mantienen en constante movimiento hasta formar un gran anillo alrededor de la Tierra que funciona como una red de comunicaciones.

Cada globo puede proporcionar conectividad a una zona de aproximadamente 40 km. de diámetro con una calidad comparable al 3G. Para las comunicaciones entre sí y con la superficie terrestre, losglobos van equipados con antenas cuya tecnología de frecuencia de radio permite que pueda ser recibida por cualquier dispositivo en la tierra.

"Suena a ciencia ficción, pero estoy segura de que el proyecto se va a hacer realidad y lograremos incorporar a la red a los millones de personas que aún no tienen acceso, para que puedan beneficiarse del progreso", afirmaba recientemente Sameera Ponda, chilena de padres hindúes, ingeniera por el MIT que trabaja en el proyecto.

Google no da cifras del coste del Proyecto Loon. Se limita a decir que su sistema es mucho más barato que las conexiones por satélite, pero una compañía que facturó 59.000 millones de dólares -el 4% del PIB español- y ganó 12.920 millones de dólares puede permitirse una inversión millonaria. Y no debemos olvidar que Google tiene también objetivos comerciales -como Facebook con su proyecto-: cuantos más habitantes estén conectados a internet más posibilidades tienen de incrementar su negocio.

Información en www.google.com/loon


Internet.org: Los drones de Facebook

Facebook lidera el proyecto internet.org. De él habló largo y tendido su fundador, Mark Zuckerberg, en Barcelona, en el último Mobile World Congress. En este programa están también grandes empresas del mundo de las telecomunicaciones, como Nokia, Samsung, Ericsson, Mediatek o Qualcomm. En esta iniciativa, la red de satélites se establecerá mediante drones. Facebook ha comprado por 60 millones de euros la empresa Titan Aerospace, que fabrica esos aviones no tripulados (Finalmente ha sido adquirida por Google). Uno de sus modelos, el S-60, escapaz de estar cinco mil horas en vuelo con baterías solares y puede cargar un emisor de 113 kilos. El proyecto prevé colocar 11.000 drones S-60 a unos 20.000 metros de altitud, que harán de emisores y repetidores de la señal que será captada por los dispositivos que estén en tierra.

La explicación del proyecto, en  www.internet.org


Outernet: Minisatélites con fines filantrópicos

El tercer proyecto se denomina Outernet y está impulsado por un fondo denominado Media Development Investment Fund (MDIF), fundado en 1995 por dos periodistas, el serbio Sasa Vucinic y el norteamericano Stuart Auerbach. En un primer momento su finalidad fue financiar medios de comunicación en países con problemas de libertad de expresión e información. En este proyecto están involucradas otras organizaciones de carácter filantrópico y participativo como Wikipedia, la plataforma de formación on lineCoursera, el sistema operativo de software libre Ubuntu, o la ONG Profesores sin Fronteras. Outernet busca 12.000 millones de dólares para desarrollar su red.

El plan es colocar unos 150 nanosatélites, unos pequeños cubos de diez centímetros de lado que se situarán en una órbita baja, a unos 150 kilómetros de la Tierra. Situarlos a esa altura requiere mucha menos energía. Los satélites enviarán las señales a cientos de estaciones que estarán en la superficie. Y desde allí, cualquier persona con un dispositivo adecuado -un simple móvil, por ejemplo- estaría en condiciones de recibir la señalde internet, sin censura y, además sin que las autoridades políticas tengan la posibilidad de clausurar esa comunicación. Outernet tiene previsto acabar el primer prototipo del nanosatélite el próximo mes de junio y realizar el primer despegue a mediados de 2015.

Outernet es el más filantrópico de estos proyectos. "Será capaz de eludir la censura, asegurar la privacidad y ofrecer un servicio de información universalmente accesible sin coste alguno para todos los ciudadanos del mundo. Es la versión en la era digital de la onda corta en la radio o el BitTorrent desde el espacio y su objetivo principal es cerrar la brecha de la información mundial", dicen sus impulsores. Claro que esos "4.000 millones de nuevos participantes en el mercado global" también se pueden convertir en clientes en servicios básicos como la educación o de productos comerciales. Con todo, si Outernet, Google o Facebook logran sus objetivos, se habrá dado un gran paso hacia la igualdad.

Información sobre este proyecto en www.outernet.is