jueves, 9 de julio de 2009

El Papa concreta su propuesta económica

La tercera encíclica de Benedicto XVI, 'Caritas in veritate', (La caridad en la verdad) ha tenido bastante repercusión mediática, con referencias en las portadas en la mayoría de los diarios, incluso el muy 'british' -con todo lo que ello significa- 'Financial Times' destaca hoy la llamada del Papa a un "retorno de los valores éticos".

En realidad, Benedicto XVI no hace más que adecuar a las circunstancias actuales -mundo globalizado, auge de la técnica, sociedad de la información...- lo que se ha denominado desde finales del siglo XIX cuando el Papa León XIII promulgó la Encíclica 'Rerum Novarum' con motivo de la primera industrialización, la doctrina social de la Iglesia. En el núcleo de toda actividad, también en la económica, financiera y empresarial, hay que buscar al hombre. La economía está regida por hombres y mujeres, necesita de hombres y mujeres y su destino son hombres y mujeres. Y la Iglesia, recuerda el Papa, "tiene una misión de verdad que cumplir en todo tiempo y circunstancia a favor de una sociedad a medida del hombre" (n.9).

¿A medida de qué hombre? ¿Qué hombre que propone la Iglesia? Para Benedicto XVI la verdad del hombre está en su trascendencia: "Sin la perspectiva de una vida eterna, el progreso humano en este mundo se queda sin aliento. Encerrado dentro de la historia, queda expuesto al riesgo de reducirse sólo al incremento del tener" (n.11) y por eso, "el desarrollo es imposible sin hombres rectos, sin operadores económicos y agentes políticos que sientan fuertemente en su conciencia la llamada al bien común" (n.69). Llega a decir que si el progreso económico no abarca la totalidad de la persona se asemeja más a una nueva forma de alienación.

El hombre como ser para la eternidad y el bien común como objetivo de cualquier actividad económica son las raíces del pensamiento católico sobre el desarrollo económico. El Papa se eleva así sobre la dicotomía neoconservadurismo-socialdemocracia y persigue algo más profundo que presentar un mero 'capitalismo con valores': "La Iglesia no tiene soluciones técnicas que ofrecer y no pretende de ninguna manera mezclarse en la política de los Estados" (n.9), escribe el Papa.

Evidentemente eso es así y está bien que nos lo recuerde. Pero, se esté de acuerdo o no con Benedicto XVI, es interesante leer -siempre con las premisas apuntadas- sus propuestas sobre la dignidad del trabajo, los sistemas de protección social, el beneficio empresarial, los mercados financieros, los sindicatos, la solidaridad internacional o el medio ambiente.

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