lunes, 15 de julio de 2019

Políticos insensatos



La economía de un país necesita un rumbo para progresar. Ese rumbo puede estar dirigido por un Gobierno de izquierdas, que buscará más avanzar mediante un gasto público suficiente que asegure el crecimiento del bienestar social, o por uno de derechas, que pretenderá dar más libertad económica a los ciudadanos -dejando más dinero en sus bolsillos, fundamentalmente- para su desarrollo. Hablo grosso modo. Los dos caminos son válidos. Pero nadie duda de que una economía para crecer necesita una dirección y alguien que vigile que no se desvíe.

No nos podemos dejar llevar por el espejismo de que sin Gobierno seguimos creciendo, como está ocurriendo en estos últimos años, porque es la inercia de una maquinaria que tarde o temprano se frenará si nadie le pega un acelerón. Ocurre en el desempleo, que continúa al alza, pero cada vez más despacio. Y comprobamos también lo pernicioso de estar sin Gobierno en la evolución de las ventas de coches, que empezaron a caer tras las nefastas declaraciones de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, sobre los «días contados» del diésel y no se recuperan porque nadie sabe qué política va a seguir con el automóvil éste o el Gobierno que llegue.

El país necesita cada año unos Presupuestos que concreten la política económica del Ejecutivo. Y precisa también un Gobierno que sea capaz de pensar más allá y emprenda reformas que nos hagan más competitivos. La educación en todos sus niveles, las pensiones públicas, el mercado de trabajo, la digitalización, la transición energética... son asuntos que precisan de un Gobierno decidido a tomar medidas que duren más de una legislatura.

Por eso es inexplicable el espectáculo que están dando los líderes políticos en las negociaciones para formar gobiernos. No tiene ningún sentido que 75 días después de unas elecciones generales hayan sido incapaces de lograr ni el más mínimo acuerdo para empezar una legislatura en condiciones. No hay excusas. Ni siquiera que en España no estamos acostumbrados a negociar acuerdos de gobierno, gobiernos de coalición, de cooperación o medio pensionistas. Dice mucho de la talla política de los líderes actuales que sean incapaces de sentarse para pactar. Y produce vergüenza ajena ver que los mismos que por su mirada de bajo vuelo bloquean una investidura propongan un cambio de leyes -incluso de la Constitución-para... evitar bloqueos en las investiduras, ¿lo entienden?

(Publicado en El Mundo el  12 de julio de 2019)

No hay comentarios:

Publicar un comentario