miércoles, 19 de enero de 2011

Por qué las cajas tienen que convertirse en bancos


El director financiero de la hipotética CajaIberia viaja a Estados Unidos para entrevistarse con los responsables de un fondo de capital riesgo que está buscando inversiones en el sector financiero. Pero sus gestores no conocen de nada las cajas de ahorros españolas. La misión de nuestro ejecutivo es convencerlos de las bondades de su entidad.

-Vengo a buscar 500 millones de euros para la entidad que represento, CajaIberia. Somos la cuarta entidad financiera española y necesitamos fortalecer nuestro capital para emprender un plan de expansión.

-De acuerdo. Nos pide que entremos en su accionariado. ¿Cómo está constituido actualmente?

-Hombre…, accionistas, lo que se dice accionistas no tenemos. Ustedes entrarían comprando deuda de la entidad, no capital.

-¿Si no hay accionistas, quién manda en la caja?

-Bueno. Tenemos un consejo de administración y una asamblea general, que es como la junta de accionistas de una sociedad anónima.

-¿Me explica lo de la asamblea?

-Es el máximo órgano de representación de la caja. En nuestro caso, tienen representación la comunidad autónoma, los ayuntamientos, los sindicatos, las organizaciones empresariales y las organizaciones de consumidores.

-¿Y qué riesgo corren esos asambleístas si la cosa va mal?

-La verdad es que ninguno. Es cierto que no se juegan su dinero...

-Por lo que dice, me pide dinero para una entidad pública controlada por políticos…

-No exactamente. La ley española establece que no puede haber más del 50% de políticos en los órganos de gobierno, sobre todo en el consejo, y nosotros lo cumplimos.

-¿Y quién forma parte de ese consejo de administración?

-Tenemos un presidente, tres vicepresidentes, doce consejeros, una comisión de nombramientos, una comisión de riesgos… Todo muy profesional y acorde con las normas que marca el Banco de España y los organismos internacionales.

-Ya. Y en su caso, ¿quién es el presidente?

-Bueno, es Fulanito de Tal, fue vicepresidente de nuestra Comunidad Autónoma antes de ocupar el cargo.

-¿Experiencia financiera?

El nudo en la garganta empieza a apretarse.

–Estudió Económicas. Trabajó en la Sociedad de Participaciones de la comunidad y ha estado cuatro legislaturas en el Congreso los Diputados.

-¿Y el vicepresidente?

-Este sí. Es Catedrático de Economía Aplicada. Un experto en la materia.

-¿Ha trabajado en alguna entidad financiera?

Colores que suben y bajan.

-No. Sacó la oposición y se quedó en la universidad.

-¿Y los demás miembros del consejo?

-Está el alcalde de la capital de la comunidad, que tiene mucha experiencia en la gestión pública. Y la secretaria provincial del partido de oposición. Y también hay representantes de los sindicatos: esto es muy positivo porque así nos aseguramos la paz social en la entidad…


-No siga. ¿Me puede decir quién sabe de finanzas en el consejo de su caja?, repite el inversor.

El director financiero trata de distraer la atención.

-Bueno, lo que sí tenemos es un equipo directivo muy competente. El director general viene del Banco Alfa, en el que ha ocupado ese cargo durante 10 años, y el director de negocio y yo mismo hemos trabajado en EEUU, en el Banco Smith.

-Pero, ustedes, ¿qué órdenes obedecen en su trabajo?

-Las que nos marca el consejo de administración…

Adivinen ahora si el director financiero volvió a España con la inversión que fue a buscar.

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