miércoles, 11 de noviembre de 2009

La cruel paradoja del periodismo

El periodismo enfrenta a una paradoja cruel: vive su peor época como profesión en el momento en que más cantidad de información y opinión fluye por la sociedad. ¿Es tan necesario como se creía? Y, a la vez, las empresas informativas de siempre son atacadas por multitud de competidores, muchos de los cuales no sobrevivirían sin el periodismo que se practica en los medios de esas compañías.
Para organizar hace quince o veinte años un seminario sobre el futuro del periodismo, habríamos invitado a radio, prensa, televisión y agencias. Hoy deberíamos añadir necesariamente a 'bloggers' -una pléyade de informadores sobre los temas más insospechados que llegan a la sociedad sin intermediarios-, buscadores -Google es el gigante-, redes sociales -Facebook, Tuenti, Twitter...- , empresas tecnológicas -Microsoft, Apple, Nokia..- y hasta operadoras de telecomunicaciones, pues la difusión de contenidos a través del móvil es clave en el nuevo modelo periodístico.

Esta es la situación que vive la profesión periodística en estos momentos: la aparición de una serie de competidores, jóvenes y ágiles al no tener herencias que soportar, que se van abriendo camino en la sociedad.

Además, muchos de estos nuevos protagonistas no son más que replicadores de los medios editoriales de siempre. Todos los buscadores y muchos blogs y páginas webs viven, sin apenas gastos, de servir a los ciudadanos lo que producen otros, necesitados de una estructura potente con la que se han posicionado en sus mercados.

Esto no tendría más importancia si los nuevos medios de comunicación social no tuvieran tal éxito de penetración que han focalizado la atención de los lectores y de los anunciantes. Por ejemplo, el mercado publicitario en Internet movió en el mundo 59.000 millones de dólares en 2008, pero el 65% de todo ese dinero fue a parar a Google. el 35% resante se lo repartieron los demás participantes en este nuevo negocio, entre ellos los medios editoriales tradicionales.

Y este es el drama. Los editores tradicionales -muchos de ellos puntas de lanza también en el uso de las nuevas tecnologías e Internet- tienen complicado competir con estas nuevas formas de comunicación. Entre ellos surge una respuesta que tiene dos movimientos. Uno defensivo -eliminar lo que consideran utilización fraudulenta de sus contenidos- y otro de ataque -empezar a cobrar por el acceso a esos contenidos propios y de valor añadido-.

Así de difíciles están la cosas. Rupert Murdoch, dueño del imperio mediático News Corp., es el editor que más se ha destacado en su lucha contra Google y demás nuevos participantes en el negocio perriodístico y por avisar de su intención de cobrar por los contenidos en Internet de sus diarios de información general. Quería empezar a partir del próximo junio, pero lo ha retrasado. Se le ha preguntado por la causa de esa dilación y ha contestado: "Todo".

¿El futuro del periodismo? Depende de los lectores. Mejor, depende de la adaptación de los grupos periodísticos a las exigencias de la audiencia. Parece una perogrullada, pero, querido lector, responda a este tipo de preguntas:
¿Se considera ahora mejor o peor informado que hace diez años?
¿Piensa que los blogs, buscadores, webs, etc. rebajan la calidad de los contenidos periodísticos? ¿Se fía más de una información si está publicada en un diario o un medio de comunicación tradicional?
¿Compra algún diario habitualmente? ¿Lo sigue en su edición digital?
¿Es más creíble una información publicada en papel que la de la edición digital del mismo medio? ¿Busca el análisis y el comentario sobre las cuestiones de actualidad?
¿Es para usted primordial disponer de una información de calidad y diferenciada?
¿Considera necesaria la existencia de grupos periodísticos fuertes e independientes económicamente que actúen de contrapeso al poder establecido?
Si es lector de prensa, envíe las respuestas al director de su periódico habitual. Le ayudará a dilucidar si va a poder cobrar en Internet por determinadas informaciones o tendrá que buscar otro camino para obtener más ingresos al margen de la publicidad.
Lo decía Robert Thomson, director de 'The Wall Street Journal' al clausurar el seminario 'El periodismo del siglo XXI' organizado por 'El Mundo': "La vida de los lectores ha cambiado. los periodistas deben dar respuesta a estos cambios para no pasar a ser innecesarios".

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