Ya se había avanzado porque antes de 2006, la RAE definía periodismo como el "ejercicio o profesión de periodista", y periodista como "persona que compone, escribe o edita un periódico / persona que, profesionalmente, prepara o presenta las noticias en un periódico o en otro medio de comunicación".
Como se ve, los académicos, han ido cambiando a mejor la definición de periodismo a lo largo del tiempo, acomodándola a la realidad. La actividad periodística ya no se ejerce sólo en un diario impreso y tampoco consiste ya únicamente en escribir o editar textos.
No hay duda de que es mucho más completa la última versión, pero considero que se sigue quedando corta en un sentido: le falta añadir el para qué de esa actividad profesional: el fin que tiene el periodismo.
Es decir, en la nueva definición caben otras actividades profesionales que no son periodísticas. Por ejemplo, la publicidad; por ejemplo, la propaganda. Y, si me apuran, hasta los avisos en los trenes o en el metro, o los prospectos de los medicamentos pueden incluirse en la nueva definición que propone la RAE.
En estos tiempos en los que la desinformación y la denominada posverdad parece que se adueñan de los mensajes, hubiera sido adecuado aquilatar al máximo lo que se entiende -o se debería entender- por periodismo para evitar suspicacias. A lo mejor esta columna parece una tontería, pero si no tenemos claros los conceptos, no nos vamos a entender en las realidades. Ahora bien, periodistas tiene la RAE que saben mucho más de esto.
(Publicado en El Mundo el 8 de enero de 2019)
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